Estemos donde estemos reconoceremos un billete aunque no sepamos ni una palabra del idioma en el que está escrito.
A veces puede ser incluso un alfabeto distinto.
Pero un billete es un billete y no lo vamos a confundir con una entrada a la ópera, un pasaje de avión o un panfleto publicitario.
Hoy traigo dos ejemplos de como cuando conviven varias comunidades, los sellos y billetes tratan de representar los idiomas de las mismas.
Un caso muy conocido son los sellos de Israel. el nombre del país aparece en hebreo, árabe y en caracteres latinos (tres idiomas, tres alfabetos)
En el caso de los imperios pueden ser muchas las comunidades con diferentes lenguas las que haya que administrar.
El imperio Astrohúngaro emitió este billete en el que el nombre de la moneda (la corona) aparece en diez idiomas: alemán, húngaro, checo, polaco, ucraniano, italiano, esloveno, croata, serbio y rumano.







